viernes, 27 de julio de 2012

EL CONSTRUCTOR DE CATEDRALES

Relato publicado en la antología Misterios para el sueño, como finalista del concurso organizado por "la cesta de las palabras" en el 2011.


EL CONSTRUCTOR DE CATEDRALES


Como tantas otras noches, desde hacia un tiempo, el ya no tan joven aprendiz de maestro de obras, seguía allí después del cierre.

En el pueblo opinaban que era afortunado por trabajar en un lugar tan especial, cargado de esa magia que da lo desconocido, pero él que ya conocía las miserias de esas catacumbas de poder, ambiciones y traiciones, no podía estar de acuerdo con esa afirmación, aunque aun ofreciera, complaciente, a sus vecinos, una media sonrisa a sus alabanzas.

Si bien era cierto que en la tranquilidad de esas horas el ambiente se cargaba de un cierto encanto, la monumentalidad del espacio al influjo de las sombras que se alargaban rápidamente, le sobrecogía. Y en esa inmensidad le asaltó el miedo al encontrase, a oscuras, a solas consigo mismo.

Deseó que los abominables monstruos que presagiaba el escenario desataran su furia. Que de los lúgubres rincones de la intrincada arquitectura se precipitaran las pétreas gárgolas convertidas a su forma viva arrasando la geométrica fábrica a su paso. Que se abriera la tierra bajo sus pies. Que en ensordecedoras jaurías brotaran del suelo temibles bestias del Apocalipsis, solo descritas en las febriles visiones proféticas de los enfermos, y que asolaran la tierra. Que del abismo surgiera el fuego exterminador, para sentirse partícipe de un terror colectivo, apacible.

Pero solo hubo silencio. Y en su soledad, a oscuras, se quedó, sin amparo, a merced de sus cotidianos miedos, banales, pueriles, terribles.



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