viernes, 27 de julio de 2012

EL CONSTRUCTOR DE CATEDRALES

Relato publicado en la antología Misterios para el sueño, como finalista del concurso organizado por "la cesta de las palabras" en el 2011.


EL CONSTRUCTOR DE CATEDRALES


Como tantas otras noches, desde hacia un tiempo, el ya no tan joven aprendiz de maestro de obras, seguía allí después del cierre.

En el pueblo opinaban que era afortunado por trabajar en un lugar tan especial, cargado de esa magia que da lo desconocido, pero él que ya conocía las miserias de esas catacumbas de poder, ambiciones y traiciones, no podía estar de acuerdo con esa afirmación, aunque aun ofreciera, complaciente, a sus vecinos, una media sonrisa a sus alabanzas.

Si bien era cierto que en la tranquilidad de esas horas el ambiente se cargaba de un cierto encanto, la monumentalidad del espacio al influjo de las sombras que se alargaban rápidamente, le sobrecogía. Y en esa inmensidad le asaltó el miedo al encontrase, a oscuras, a solas consigo mismo.

Deseó que los abominables monstruos que presagiaba el escenario desataran su furia. Que de los lúgubres rincones de la intrincada arquitectura se precipitaran las pétreas gárgolas convertidas a su forma viva arrasando la geométrica fábrica a su paso. Que se abriera la tierra bajo sus pies. Que en ensordecedoras jaurías brotaran del suelo temibles bestias del Apocalipsis, solo descritas en las febriles visiones proféticas de los enfermos, y que asolaran la tierra. Que del abismo surgiera el fuego exterminador, para sentirse partícipe de un terror colectivo, apacible.

Pero solo hubo silencio. Y en su soledad, a oscuras, se quedó, sin amparo, a merced de sus cotidianos miedos, banales, pueriles, terribles.



jueves, 26 de julio de 2012

Diario de a bordo, fecha interestelar 3298-GFD-34:45

Este relato fue publicado como finalista en el libro recopilatorio del I Certamen de Microrrelato de Ciencia Ficción convocado por la editorial ArtGerust el 2011.


Diario de a bordo, fecha interestelar 3298-GFD-34:45

Despierto, hora de costumbre.
La soledad de la nave me sobrecoge, como todas las noches.
Tras mi desayuno de cereales liofilizados, deshidratado de leche y protocafé, me reincorporo a mi puesto.
El libro de ordenes de hoy, enviado desde la base central del sistema por transmisión neuronal, se empieza a colar en mis sentidos, aun aturdidos a la espera del efecto de la cafeina sintética.
Para hoy: salvar de la extinción un centenar de especies, endémicas de un satélite cercano, en peligro por la radiación de los restos del campo de asteroides HKD-1025.56.02; y anular, mediante el inversor de materia, la amenaza de un agujero negro, desestabilizador de toda la galaxia en un futuro remoto, ante la previsible evolución de una estrella naciente.
-¡Bah! Más de lo mismo.
Tras la tediosa jornada finalmente amanece. Deshidratado de leche calentito y a la cama.
Sueño con una apasionante vida de administrativo en una oficina gris terrestre a principios del siglo veintiuno.






Quien a hierro mata...


Este relato fue seleccionado finalista en el III Concurso de Microrrelatos sobre Abogados, el mes de marzo de 2011.


Quien a hierro mata...

Era la quinta vez que me enfrentaba en pleito a “Martillo” y, en las precedentes, había hecho honor a su apodo. Yo había sido un simple clavo más.
Él, consciente, me miraba de soslayo con una mueca de sorna. Herido de orgullo había presentado mi acusación con especial virulencia, pero él se había zafado bien de mis envites.
A la salida de la vista se me acercó para susurrarme al oído.
- Cuidado con echar más leña al fuego, a ver si la hoguera te acaba quemando a ti.
El informe de la Comisión Urbanística iba a ser clave, aunque era sabida la capacidad de “Martillo”, y entorno, para influir en las conclusiones de las Comisiones. Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, pero no contaba con un menú especial. Entre los miembros de la comisión, se había colado una antigua novia del abogado defensor.

Semper fueres semper eres

Este relato fue seleccionado finalista en el III Concurso de Microrrelatos sobre Abogados, el mes de febrero de 2011.

Semper fueres semper eres


El tribunal había sido tomado por mercaderes, que campaban a sus anchas por salas, pasillos, columnas y escaleras; comerciando, regateando sobre Justicia e injusticias.
-¿A cómo el kilo de sardinas tendero?- demandó una larga barba sobre una túnica raída.
-¿Cuánto está dispuesto a pagar? Son sardinas exoneradas de toda pena, garantizado. Pero si no le convencen tengo otros argumentos que pueden ser de su interés. Manojitos tiernos de testigos de toda confianza que dirán lo que convenga. Flexibles dictámenes, en conserva, de las firmas más reconocidas. Aromas de informes policiales de toda solvencia y color. Y por encargo, en unos días, puedo cultivar las pruebas más preciosas y concluyentes que haya conocido.
En el interrogatorio posterior el refutado legalista, relataba como el indigente la había emprendido a golpes de paraguas, sacándolo a empujones del Templo.
Como toda defensa el acusado aducía haber sido, según él, Mesías antes que monaguillo.



miércoles, 25 de julio de 2012

Oración

Poema finalista del Certamen homenaje a Miguel Hernández (1910-2010) Artgerust, publicado en el libro recopilatorio por la misma editorial.


ORACIÓN

A la luna venidera

le pido, a la luna

mañanas de estrellas

desfallecidas

de surcar noches

completas

de calor y caricias

satisfechas

de amigos y risas

eternas

de vino y espinas

agudas

de taberna y rosas

bendecidas

de pura experiencia

colmadas

de vida.

 


Con la punta de los dedos

 Este es el primero de mis relatos que vió la luz en papel.
"Con la punta de los dedos" forma parte, como finalista del I Certamen Erótico-Romántico (2010) convocado por Artgerust, del libro recopilatorio publicado con una selección de los relatos presentados.

CON LA PUNTA DE LOS DEDOS

Con la punta de los dedos de pintar sonrisas me recorres, hasta que no puedo contenerme y explotamos en la risa cómplice que llena la habitación.
- Esto no es serio - te digo - así no. Mientras nos fundimos en un nuevo abrazo.
Volteándonos me adueño de tu torso y mis manos exploran tu vientre hasta donde su curva se hace urgencia y caricia, mientras los besos se pierden por los relieves de tu pecho, por el hueco de mi nuca, por el lóbulo de tu oreja. Hasta confundirnos, mezclados, revueltos; hasta fundirnos, excitados, desbocados; hasta la celebración; hasta casi poder tocar la meta, juntos… y despierto.
Ahí estás.
Perfilada en la tenue luz que se filtra por la ventana, tu espalda, que he de volver a recorrer en suave caricia, como un susurro táctil, casi sin tocar. Suspiras girándote hacia mi perezosa, y al contraluz, intuyo tu sonrisa.
-Buenos días- y entonces comienza.
Con los dedos de pintar sonrisas me recorres…

 
El libro se puede adquirir a través de la propia página de Artgerust.
Enlace a la librería de Artgerust