Relatos desencadenados 2014-2015
Ahora que nos habíamos librado de los "te quieros", voy, y para la semana 12 del ReC, de nuevo asuntos del corazón. Así soy yo, que le vamos a hacer.
Ecocardiografía Doppler de Pulso |
Mangas verdes
El mensaje era claro, conciso, breve y letal: no insistas, decía cada vez que intentaba acercarme.
Tres días atrás había recibido una llamada requiriéndome, urgentemente, en el despacho del cardiólogo director. Que me lo habían visto por ahí, decían; de noche, con un infarto de campeonato. Que no era la primera vez. Y que además, no mostraba ningún arrepentimiento. En estas circunstancias, añadieron, no iban a tener más remedio que expulsármelo temporalmente; las normas eran claras al respecto.
Ahora no sé qué hacer con él en casa. Casi no lo reconozco, tiene un aspecto lamentable. Se pasa el día inmóvil, empotrado en el sillón y balbuceando, apenas, unas arrítmicas pulsaciones.
Este textito ha recorrido un largo trecho hasta acabar siendo el despojo que veis. Peregrinación que comenzaba hace ahora un año, más o menos. Y es que resulta que me encuentro pasando el trámite de la rutinaria revisión médica anual, con los consabidos: usted no ve, usted no oye, usted tendría que adelgazar, usted... Hasta ahí, nada que no supiera.
Repaso de debes y haberes al que en los últimos años (señal clara de que uno va haciendose mayor) se ha añadido el paso por la máquina de mirar corazones.
Y en esa operación percibo un cierto nerviosismo en algunos gestos de la doctora. Al percatarse, recompone su profesional trato afable y sigue como si tal cosa. Una vez finalizada la prueba, así como de pasada me deja ir:
-Cuando tengas los resultados, pásate por tu médico de cabecera. No, no te preocupes, seguro que no es nada.
Os podéis imaginar mi reacción.
-No, nada, es que parece que te sale la onda Q del electrocardiograma alterada, pero seguro que no es nada.
Ah, vale. Y qué narices es una onda Q. No me iba yo muy tranquilo, pero entonces es cuando, ya casi saliendo por la puerta, me remata.
- Porque ¿un dolor así fuerte en el pecho no habrás tenido, no?...
Bueno, al final tenía razón la doctora, parece que lo único que tengo es un corazón un poco "especial", dicen, (esto daría para mucha poesía, je je, pero no es el momento ni el lugar), pero he de reconocer que me tuvo un tiempito entretenido con el tema.
Repaso de debes y haberes al que en los últimos años (señal clara de que uno va haciendose mayor) se ha añadido el paso por la máquina de mirar corazones.
Y en esa operación percibo un cierto nerviosismo en algunos gestos de la doctora. Al percatarse, recompone su profesional trato afable y sigue como si tal cosa. Una vez finalizada la prueba, así como de pasada me deja ir:
-Cuando tengas los resultados, pásate por tu médico de cabecera. No, no te preocupes, seguro que no es nada.
Os podéis imaginar mi reacción.
-No, nada, es que parece que te sale la onda Q del electrocardiograma alterada, pero seguro que no es nada.
Ah, vale. Y qué narices es una onda Q. No me iba yo muy tranquilo, pero entonces es cuando, ya casi saliendo por la puerta, me remata.
- Porque ¿un dolor así fuerte en el pecho no habrás tenido, no?...
Bueno, al final tenía razón la doctora, parece que lo único que tengo es un corazón un poco "especial", dicen, (esto daría para mucha poesía, je je, pero no es el momento ni el lugar), pero he de reconocer que me tuvo un tiempito entretenido con el tema.
Si es que se te sale el corazón del pecho, jeje... No me extraña que esa Q te diera que pensar, es una letra que rara vez viene sola. Me alegro de que la alarma fuera falsa y de que tengamos oso para rato.
ResponderEliminar¿No publicas tu Epitafio?
Un gran abrazo de hermano oso.
No es tan fácil acabar con un oso, pero sí, la Q es una letra,inquietante en sí misma, je je.
EliminarEl Epitafio queda solo para los despojados.
Abrazos hermano lagarto.
La onda Q de Querible; para saber que tenías un corazón especial no hacía falta ponerte los electrodos. Nos pones un ecocardiograma de veterinaria de ilustración, hombre, sinedo un oso, es lo suyo. El despojo, me recuerda a los hombres G y su simpático marcapasos. Besos de corazón
ResponderEliminarEl eco, de oso, claro, je je. Hotia, no había caído, gracias por darme la banda sonora, je je, luego la enlazo.
EliminarBesos Salamandra, de sangre caliente.
Es que el corazón puede darnos muchos quebraderos de cabeza. De hecho, nos los dan.
ResponderEliminarQue hayan diagnosticado que el tuyo es algo especial sí que da para mucha poesía, jejeje.
Me alegro mucho que todo haya quedado un susto. Un besazo.
Mejor sí. Pero mira, al menos ha servido para obligarme a mirar hacia adentro, ni que sa un poquito, je je.
EliminarBesos Luisa.
Un relato muy original. Respecto a lo otro, tengo un primo tan pancho con un corazón que tiene un ruido de más al latir. Tómatelo frío.
ResponderEliminarGracias Miguel Ángel, con la calma. Es lo malo, y lo bueno, de definir la normalidad; que lo que se sale de esta es excepcional, je je.
EliminarSaludos.
Muy bueno tu relato Miguel y la explicación fantástica. Sin duda que y tienes un corazón especial y por eso mismo debes cuidarlo, mimarlo y Quererlo, para que esa "Q" sea también especial y no rara. Imagino que te diera que pensar, a mí me pasó también y al final me dijeron que latía de manera distinta, como si entre latido y latido se escapara un "Shhhhhh". ¡Qué rarita soy leche!!!, jajajaja.
ResponderEliminarEn fin Miguel, Quiérete mucho y déjate mimar, para que el corazón se salga pero de "gozo".
Besicos muchos.
Je je, pies parece que todos los que nos movemos por aquí tenemos el corazón hecho de otra pasta, je je.
EliminarA querernos pues. Un besazo Nani.
Hola, Miguel.
ResponderEliminarVaya con la onda Q... Tenemos cosas tan raras por dentro que mejor casi ni saberlo. Y tienes suerte de saber hacerte tu micro de ello, es lo que -en un futuro cercano- se denominará automicroficción y tú serás el Cortázar de ese nuevo género literario.
Felicidades, y cuídate.
Un besazo.
¿Has visto? De pequeño me gustaba imaginar que por dentro estaba lleno de los engranajes de una compleja máquina, pero la realidad es aun más complicada, je je. O estaba viendo el futuro, quién sabe.
EliminarIgualmente Towanda, besos.
Pobre corazoncillo, el de relato, claro. El tuyo es y seguirá siendo grande y fuerte.
ResponderEliminarUn saludo
Bah, que le quiten lo bailao, a ambos, je je.
EliminarSaludos Henry.
De corazón, un relato muy original. De los que me gusta leer y escribir.
ResponderEliminarVaya. Gracias Lorenzo.
EliminarSaludos.
Miguel, tu historia es conmovedora y en relación a tu aportación personal de esos sustos están los corazones llenos, por una u otra cosa late a veces desacompasado,por eso hay que mimarlo mucho y quererlo más.
ResponderEliminarUn beso de corazón jejej.
Puri
Cariños pal corazón, claro que sí, je je.
EliminarBesos Puri, de corazón, claro.
Te pensabas que te ibas a librar del comentario eh?. Ni hablar, lo que pasa que últimamente voy trastabillado. Eso que sale en el cardio es tu pulsión de escritor. Lo que pasa que esos síntomas aún no se han descrito en ningún libro de medicina. Me alegro de que no haya sido nada grave. Tienes que cuidarte amigo, que aquí la gente aún espera muchas cosas de ti: micros, libros, escucharte por la radio.... esta semana está claro cuál fue tu musa. Mucha suerte para el próximo :)
ResponderEliminarGracias amigo, el siguiente, además de flojo, no siquiera lo pide mandar, je je. Los finales de año son criminales. A ver si con las vacaciones me inspiro.
EliminarAbrazos Juan Antonio.
Miguel, qué tú tenías un corazón especial (quizá claro, en un sentido menos médico), ya lo noté yo. Gracias por éste y por todos tus micros, llenos de buenas pulsaciones. Cuídate mucho, porque me vienen bien tus latidos. Ya ves que soy algo egoísta.
ResponderEliminarYa ves, ahí, peleando contra la normalidad en todos los frentes, je je. Quererse es un acto de egoísmo necesario.
EliminarBesos Mamen.
Lo del corazón especial, lo intuíamos. Lo de la onda Q...¿estás seguro de que la doctora no te miraba con ojos golositos y era una excusilla? En serio. Me alegro de que no haya sido nada grave, y aprovecho para desearte unas felices fiestas.
ResponderEliminarBesicos
No sé, no sé, no me hacía pinta, je je. En todo caso se me ocurren formas mejores de acercarse.
EliminarFelices fiestas para ti también Filias.
Besos.