En un supuesto combate plegando por la mitad el tablero, solo se salva la pieza masculina de segunda línea posición cuatro. Lo que implica que los segundones, los ciudadanos anónimos, nos salvaremos de esta batalla. Y ganaremos... Un saludo, padrino JM
¡Qué bueno tu post! y ¡qué buena la apreciación de Juan M.!
Nos encontraremos cuando se caigan todas las fichas del tablero. El problema es el método cuadriculado, jajá, ese es el problema: el soporte, y no el individuo. ;)
Juan Manuel es un tipo muy lúcido, je je, gracias Laura.
Un poco es eso: el tablero en el que jugamos nos impone unos condicionantes que muchas veces nos imposibilitan cualquier acción que no pase precisamente por incumplirlas. Y ay amiga, ahí es difícil contar con alguna guía, una vez saltadas las lineas, que no sea nuestra propia existencia, nuestra educación o nuestro sentido de una cierta ética.
No somos más que fichas sobre un tablero, que mueven unos pocos, verdad Miguel? y además, condenados a no encontrarnos, así más manejable es el cotarro. Menudo desengaño el nuestro, ¡Que bien lo has reflejado!! Besicos muchos.
Tradicionalmente, es una partida que siempre ha tenido el mismo vencedor, el mismo vencido. Pura ficción, en este tablero, todos salimos derrotados. Abrazos, siempre
Jugamos en tableros llenos de trampas que otros controlan con normas que solo nos permiten movernos en una dirección, dirección a la que dan en llamar nuestra libertad.
En un supuesto combate plegando por la mitad el tablero, solo se salva la pieza masculina de segunda línea posición cuatro. Lo que implica que los segundones, los ciudadanos anónimos, nos salvaremos de esta batalla. Y ganaremos...
ResponderEliminarUn saludo, padrino
JM
Haciendo la cabriola que dices habría una ficha femenina que también se "salvaría", si lo que pretende es no encontrarse, je je.
ResponderEliminarSaludos Juan Manuel.
¡Qué bueno tu post! y ¡qué buena la apreciación de Juan M.!
ResponderEliminarNos encontraremos cuando se caigan todas las fichas del tablero. El problema es el método cuadriculado, jajá, ese es el problema: el soporte, y no el individuo. ;)
Besos Miguel
Juan Manuel es un tipo muy lúcido, je je, gracias Laura.
EliminarUn poco es eso: el tablero en el que jugamos nos impone unos condicionantes que muchas veces nos imposibilitan cualquier acción que no pase precisamente por incumplirlas.
Y ay amiga, ahí es difícil contar con alguna guía, una vez saltadas las lineas, que no sea nuestra propia existencia, nuestra educación o nuestro sentido de una cierta ética.
Un besazo, sin barreras.
El que me vuelva a llamar "lúcido" verá cómo me enroco...
EliminarJM
No te pongas así, se me coló el acento, "lucido", quería decir "lucido", je je.
EliminarNo somos más que fichas sobre un tablero, que mueven unos pocos, verdad Miguel? y además, condenados a no encontrarnos, así más manejable es el cotarro. Menudo desengaño el nuestro, ¡Que bien lo has reflejado!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Para seguir jugando tendremos que saltarnos alguna raya, salirnos del cuadro, no hay más remedio.
EliminarGracias Nani.
Un besazo.
Tradicionalmente, es una partida que siempre ha tenido el mismo vencedor, el mismo vencido. Pura ficción, en este tablero, todos salimos derrotados.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Jugamos en tableros llenos de trampas que otros controlan con normas que solo nos permiten movernos en una dirección, dirección a la que dan en llamar nuestra libertad.
EliminarSiempre, abrazos siempre.
Para encontrarse solo hay que saltarse las reglas. Me gustó mucho, Miguel, esta alegoría visual.
ResponderEliminarSi sigues el camino marcado, no hay manera.
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