Diario de a bordo, fecha interestelar 3298-GFD-34:45
Despierto, hora de costumbre.
La soledad de la nave me sobrecoge, como todas las noches.

El libro de ordenes de hoy, enviado desde la base central del sistema por transmisión neuronal, se empieza a colar en mis sentidos, aun aturdidos a la espera del efecto de la cafeina sintética.
Para hoy: salvar de la extinción un centenar de especies, endémicas de un satélite cercano, en peligro por la radiación de los restos del campo de asteroides HKD-1025.56.02; y anular, mediante el inversor de materia, la amenaza de un agujero negro, desestabilizador de toda la galaxia en un futuro remoto, ante la previsible evolución de una estrella naciente.
-¡Bah! Más de lo mismo.
Tras la tediosa jornada finalmente amanece. Deshidratado de leche calentito y a la cama.
Sueño con una apasionante vida de administrativo en una oficina gris terrestre a principios del siglo veintiuno.
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